¿CÓMO NUESTRA RUTINA INFLUYE EN NUESTRO ESTADO DE ÁNIMO?

En entradas anteriores hemos explorado la forma en que nuestros pensamientos impactan nuestro estado de ánimo dando lugar a un ciclo donde pensamiento, emoción y conducta se conectan. En este artículo nos enfocaremos en conocer de qué manera a través de las conductas podemos tener un ciclo saludable, al entender cómo nuestras acciones y rutinas diarias impactan nuestra salud emocional.

Nuestro bienestar general está mediado por la fórmula emoción-pensamiento-conducta, esta interconexión, que es un concepto clave de la terapia cognitivo-conductual, puede influir continuamente en nuestro estado mental tanto de forma positiva como negativa.    

Por ejemplo, pensamientos positivos y emociones agradables pueden estar mediados por  conducta adaptativas y constructivas como el compañerismo y la generosidad, por el contrario, la tristeza, la ira y los pensamientos destructivos pueden ir acompañados de conductas poco adaptativas como el aislamiento social.

Una disminución en el estado de ánimo, por tanto, no solo afecta cómo te sientes, sino también cómo piensas. Puedes empezar a desarrollar pensamientos negativos sobre ti mismo y tu entorno, lo que a su vez puede empeorar tu estado emocional. Es un ciclo que se autoalimenta: tus conductas influyen en tus emociones, que afectan tus pensamientos, que luego impactan de nuevo en tus conductas.

EL PODER DE LAS RUTINAS

Imagina que estás atravesando una buena etapa de tu vida donde llevas a cabo actividades gratificantes como: salir a bailar, comer en tu restaurante favorito, andar en bicicleta o charlar con tus compañeros de trabajo. Sin embargo, por algun motivo que podría ser externo a ti vas dejando de realizar todas o algunas de estas actividades, este cambio abrupto o gradual en tus acciones diarias comienza a tener un impacto significativo en tu estado de ánimo, ahora te sientes desmotivado, con poca energía y poco a poco te vas aislando lo que genera que ahora disfrutes menos la vida.

Este ejemplo ilustra cómo nuestras conductas y rutinas diarias tienen un poderoso efecto sobre nuestro estado de ánimo. Las acciones que realizamos cada día pueden reforzar ciertos patrones de pensamiento y emociones, creando un ciclo que puede ser tanto positivo como negativo.

Otra forma en la que puede verse este efecto es cuando pese a tener pereza o pocas ganas de hacer ejercicio aun así decidimos realizarlo mediante actividades físicas como salir a correr o a trotar y nos damos cuenta cómo a medida que comenzamos nuestra energía va aumentando y el estado de ánimo mejora considerablemente, de tal forma que incluso si en ese momento hicieran un mapeo de nuestra actividad neurológica podriamos observar los cambios significativos en la neurofisiología de nuestro cerebro.

La importancia de conocer el papel fundamental que juegan las actividades en este ciclo te permitirá utilizarlas a tu favor. Al introducir en tu rutina actividades que te resulten gratificantes y satisfactorias para mejorar tu estado de ánimo. Esto  puede incluir actividades de ocio y también pequeñas acciones cotidianas que aportan sentido y satisfacción a tu vida.

Existe una variedad de actividades que le pueden dar equilibrio a tu rutina diaria lo cual es clave para un bienestar integral. Este balance ideal se compone de tres tipos de actividades esenciales, cada una con su propio valor y propósito:

Actividades para el sentido de productividad y eficacia

Es fundamental incluir en nuestra rutina tareas que nos hagan sentir productivos y eficientes. Estas actividades, conocidas como activación conductual para productividad, nos ayudan a alcanzar metas y a sentirnos realizados. Nos impulsan a avanzar y a crecer en diferentes aspectos de nuestras vidas.  Esto lo podemos ver un muchas situasciones, por ejemplo, un deportista que ha logrado vencer su propia marca de metros recorridos en determinado tiempo o un estudiante que logró terminar el libro que se propuso leer durante la semana.

Actividades que generan placer

El ocio y las actividades recreativas son igualmente importantes. Se trata de momentos dedicados al disfrute personal y a la relajación. Estas actividades, agrupadas bajo la activación conductual enfocada en ocio, nos permiten desconectar de las tensiones diarias y recargar energías. Pueden ir desde ver una serie o pelicula desde la comodidad de tu sofa hasta salir a explorar nuevos lugares y sitios de tu ciudad.

Actividades para conectar con otros

Finalmente, no podemos olvidar las actividades que fortalecen nuestras conexiones sociales. Estar en contacto con personas importantes para nosotros, ya sean amigos, familiares o colegas, es vital para nuestra salud emocional. La activación conductual enfocada en conexiones sociales nos ayuda a mantener y desarrollar estas relaciones significativas. No tienen por qué ser actividades con mucha planeación, puede ser incluso estar platicando con un conocido afuera de tu casa o llamar por teléfono a ese familiar del cual hace mucho no tienes noticias.

En entradas futuras hablaremos más a fondo sobre cada uno de estos tipos de activación conductual y su importancia en nuestro equilibrio psicológico. Al combinar estas tres áreas en nuestra rutina diaria, podemos alcanzar un estado de bienestar más completo y equilibrado. Cada aspecto complementa al otro, creando una estructura sólida para nuestra salud mental y emocional.

En conclusión, nuestras rutinas y conductas diarias juegan un papel crucial en la configuración de nuestro estado de ánimo. Al ser conscientes de este poder, tenemos la posibilidad de tomar medidas para asegurarnos de que nuestras acciones diarias contribuyan a nuestro bienestar emocional y mental. Recuerda que en Clínica Minerva, estamos comprometidos a ayudarte a encontrar ese equilibrio en tu vida, entendiendo que cada pequeña acción cuenta en el gran esquema de nuestra salud mental.

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